London Blogging Night

¡Hola!


El relato con el que inauguramos esta aventura se tituló London Bloggin Night y es una historia de amistad con todos los ingredientes de una novela de intriga: una desaparición misteriosa, un personaje siniestro, pasiones, miedos e incertidumbres. Puedes encontrar los 47 capítulos en el archivo.


Ahora iniciamos una Isla de Relatos (casi perversa) donde intentaremos contar historias que os evadan un rato, a la vez que os provoquen. Queremos que paséis un tiempo, sea el que sea, pero que sea memorable.



Patricia & Isabel


jueves, 6 de diciembre de 2012

CAPÍTULO 2: El emplazamiento de la "London Bloggin Night"

El establecimiento llevaba la firma de Foster and Partners. Había estado leyendo algo sobre su arquitectura, la estética denominada  high-tech y despertaba mi curiosidad comprobar cuánto de este sello podía identificar. Si este estilo llamado también Tardo Modernismo se caracterizaba por crear cualquier cosa evidenciando la complejidad de la técnica, el edificio no era la excepción.

Emplazado en la antigua sede de la radio BBC de 1904, (Marconi House) y cercano a Covent Garden, la remodelación lucía una estética perfumada de elementos contemporáneos, donde el sentido de la luz y el espacio jugaban un papel fundamental. Una gran torre elíptica remataba el edificio en su esquina con las calles Aldwych y Srand coronada por una cúpula de cristal. El interior, presidido por un elegante atrio piramidal, mantenía un carácter señorial, concebido bajo un contraste de tonalidades claras y oscuras, con el mármol negro de los pasillos o las paredes de piel blanca de las habitaciones.

Me moría por acceder a la azotea del hotel, donde se situaba la espectacular terraza- bar “Radio”, según había leído, la única terraza de Aldwych y Strand, núcleo de la vida social y teatral londinense, abierta desde el desayuno hasta la madrugada. Aunque a nosotras dos…ya nos quedaban menos horas. `

Lo peor de llegar a una fiesta de estas características ligeramente tarde, o dicho de otra forma, sin tener en cuenta la puntualidad británica era, indudablemente, el momento de la entrada. Acceder a la terraza desde el ascensor fue relativamente fácil. Sonrisita al personal de seguridad, ladeada de cabeza para el botones de turno, una sencilla instrucción " 10th floor, plis" y "that’s it". Lo embarazoso vino al salir del "elevator".

Nada más hacerlo, sin más dilación ni oportunidad de acicalamiento, nos topamos con un espacio acordonado con 4 cintas color negro. Estaban tan cerca de nuestros cuerpos que, de ser la rusa Kanaeva, oro olímpico en #Londres2012, hubiera hecho alguna rutina libre de exhibición para deleitar al personal con algo más de contenido que nuestro propio modelito. Los minutos de espera hasta que una camarera imponente viene a por ti se me hicieron eternos.

Sentí cómo las miradas se posaban en cada centímetro de mi figura corporal llegando a ser tan intensas algunas de ellas que dibujaron topos sobre lo que antes era un tela a rayas. Sí, así iba yo, con un vestido en tonos verdes y blancos, escote palabra de honor (y no es que lo esté prometiendo...es que se llama así) de Elisabetta Franchi, elección y sugerencia de mi acompañante y amiga Eme.

Pasado este primer peaje accedimos, por fin, a lo que resultó ser realmente uno de los sitios más glamourosos que habíamos visto. Haciendo un "street view" de 360º a nuestros pies teníamos el río Támesis y Trafalgar Square, más un montón de londinenses y no londinenses pululando por ahí. Sentía tanta belleza concentrada que temía alzar la vista y ver que el espectáculo seguía con un cielo estrellado. Todos mis sentidos estaban sincronizados en lo que era, sin lugar a dudas, una noche mágica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario